Gyeong-Ju la joya histórica de Corea del Sur
Gyeong-Ju la joya histórica de Corea del Sur sin duda alguna y por eso fue la segunda ciudad a visitar en nuestro viaje. Aunque no es una ciudad tan grande, es más conocida por haber sido la capital del imperio durante el reinado de la dinastía Silla, por lo tanto su valor, como les adelantaba, es principalmente histórico. En ella no sólo se conservan elementos de la época imperial si no las impresionantes tumbas reales, que son grandes túmulos de tierra que alcanzan hasta los 10 m de altura. Estas tumbas se distribuyen por la zona céntrica de la ciudad, siendo conocido como el Parque de los Túmulos.
Para viajar de Seúl a Gyeon-Ju decidimos hacerlo en autobús. Los compramos en la estación de la forma más rápida y sencilla. Los buses eran amplios y cómodos con sólo un asiento a cada lado del pasillo completamente reclinables. El tren rápido o KTX era la otra opción pero había que hacer trasbordo en la ciudad de Daegu, además la estación en Gyeong-Ju queda lejos del centro y el costo del tiquete duplica el del tiquete de bus.
Caminamos de la estación al hotel y en nuestro recorrido pudimos percibir esa atmósfera de tranquilidad y paz que rodea Gyeong-Ju. Los túmulos parecían salir a recibirnos, ubicándose a cada lado de la amplia pero tranquila avenida. La primavera además trae consigo no sólo visitantes, si no también locales, que buscan disfrutar de la floración de la vegetación en todas las zonas turísticas.
Nos hospedamos en el hotel Minihotel 141 y creo que fue mi favorito. Su diminutivo engaña porque todo es amplio, además está nuevo, limpio, con agradable iluminación. Totalmente recomendable.
La ciudad se podría visitar en dos días, pero con tres se podrían comprender mejor porqué se considera Gyeong -Ju la joya histórica de Corea del Sur.
Templo Donggung y el estanque Wolji
Es un sitio verdaderamente hermoso, con un ingreso de pago pero totalmente justificado para que lo vas a ver. Lo visitamos de noche y fue un espectáculo inolvidable. Esta compuesto por pabellones separados y en medio de ellos un lago. Alrededor del lago están los senderos por donde transitan las personas y por donde se puede acceder a los pabellones.
La iluminación es espléndida. No sólo te permite tomar fotografías luego de haber anochecido, si no que puedes caminar y disfrutar el paisaje, que es dominado por los pabellones y su hermosa arquitectura reflejada en las tranquilas aguas. Caminar y disfrutar la noche se sintió muy especial por la compañía de muchas familias, grupos de amigas y jóvenes que se mueven de forma ordenada tomándose incontables selfies. Además tienen baños y tienda de souvenir



Parque de los Túmulos
En realidad son varios parques contiguos, atravesados incluso por la calle principal. Hay aceras grandes y cómodas para caminar con paz y tranquilidad, estanques, cerezos y otros hermosos árboles alrededor del camino. Para recorrerlos debes tomarte tu tiempo, y a pesar de la gran cantidad de pesonas, en el ambiente se respira una calma muy reconfortante. Similar a la visita de los palacios reales en Seúl, te sientes dentro de otra época.


Tumba de Geumgwanchong
Es la única tumba o túmulo que se puede conocer por dentro. Para accesarla lo haces a través de un pequeño museo. Puedes ver una proyección audiovisual y ver objetos originales expuestos hasta finalmente llegar a la increíble estructura en cuyo centro se puede apreciar el féretro donde despositaban el cuerpo del miembro de la familia real fallecido. La visita es corta, pero muy valiosa.
Observatorio Cheomsongdae
Se dice que es el observatorio más antiguo de toda Asia, creado para el estudio de los astros o del clima. Suena como un edificio grande pero en realidad es una pequeña y sencilla edificación de piedra en una explanada, dentro del mismo parque de los túmulos. Es algo sencillo pero con un valor incalculable, como la misma ciudad de Gyeong-Ju sin duda la joya histórica de Corea del Sur. Como estuvimos en primavera fue maravilloso ver los tulipanes de todos colores plantados a cada lado del sendero cerca del observatorio. El sueño de mi hermana que no le bastaban todos los que habíamos visto en Everland.


Puente Woljeonggyo
Es una hermosísima estructura desde donde quiera que la mires, con una arquitectura típica sumamente bien conservado y vibrantes colores. Lo conocimos al atardecer y al igual que el Templo Donggung es otro lugar perfecto para conocer al caer la noche. Conforme anochece y se ilumina, aprecias sus distintos ángulos de luz y color y se siente verdaderamente especial.


Templo Bulguksa
El templo no está en el centro, si no en las afueras. Para visitarlo se toma un autobús y el recorrido es de aproximadamente 30 minutos, pero fue el sitio más especial de nuestro viaje a Gyeong-Ju, la joya dentro de la joya.
Comenzamos con la maravillosa experiencia de ser recibidos primero por un bosque de cerezos en un atardecer precioso. El viento mecía las ramas y las flores caían, mi hermana y yo nos sentíamos dentro de una escena de una película. Acercándonos al templo hay unos estanques bellísimos, más cerezos, bonsai pequeños y gigantes y finalmente el templo. Como en todos los templos coreanos había silencio, solemnidad, monges budistas y custodiado por sus otros infaltables habitantes, los gatos. Había además una figura, la de un cerdito de oro. Lo acariciamos como decía la inscripción para recibir prosperidad.




Yangdong Village
Es una aldea de alrededor de unas 160 casas. El estado de conservación le ha valido al igual que la aldea Hahoe de Andong, ser declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, como “Aldeas Históricas de Corea”.
No se ingresa a las casas, pero sí se permite acceder a los patios delanteros, sin embargo debe hacerse con respecto porque algunas están habitadas de forma permanente. Se ubica en una zona montañosa en la que hay que subir algunas pendientes. En la parte más alta se logra ver toda la aldea y de fondo el monte Geumgwanchong.
Fue una experiencia muy agradable porque en general todo esta muy bien conservado. Caminar por los senderos es muy agradable y desde las zonas más altas, ante un silencio pacificador se puede apreciar un paisaje único.
El autobús no pasa con frecuencia y se deben conocer bien los horarios porque la duración del viaje es de alrededor de una hora, 15 minutos desde el centro de Gyeong-Ju. Los autobuses ingresan hasta la zona de parqueos donde otros pueden dejar sus vehículos particulares o buses de excursión. Hay baños limpios y hay sitios con máquinas para comprar bebidas pero no hay sitios de alimentación.


Recorrer calles Hwangnidan-gil y Nodong Dong
Caminar por las zonas céntricas de Gyeong Ju es también relajante porque aún conserva un aire de pueblo. Los restaurantes locales y de comida tradicional cierran entre 1 pm y 3 pm, entonces es una mala hora para ir si tienes apetito. Existen, sin embargo, cafés donde mantienen horario continuo, puedes comer bocadillos y bebidas naturales o café. Usualmente no venden bebidas alcohólicas.


Seongdong Market
Fue muy interesante conocer un mercado con tantos productos del mar que no estaba junto a la costa. Además pudimos ver preparar kimchi y otras conservas. Lo mejor fueron las vendedoras de verduras en las afueras del mercado. Nos saludaban con su mano muy amables cuando les respondíamos el saludo, a pesar de que claramente no podíamos comprarles lo que vendían. Su sonrisa y actitud las guardamos como un muy agradable recuerdo.
Definitivamente es Gyeong-Ju la joya histórica de Corea del Sur.
Los sitios culturales de ésta ciudad nos dejaron con una grata impresión y sin duda se nota el respecto y el valor que se le da a la tradición y al legado cultural. La ciudad es fácil de recorrer, la oferta de hospedaje es amplia, el precio de la alimentación muy cómoda y la información en los sitios turísticos es muy buena, con un trato amable y muy servicial de parte de todos los que topamos en nuestro viaje. Así como nos enamoró esta joya cultural, estamos seguros que los enamoraría también si deciden incluirla en su viaje a Corea del Sur.
- Seongdong Market: ese mercado es justo como en las fotos, pero no es lo mismo estar ahí frente a todos esos productos del mar, algunos vivos dentro de estanques. Ver preparar kimchi en vivo pero sobre todo la amabilidad de sus vendedoras de verduras y leguminosas, tan genuina porque claramente no podíamos comprar nada de lo que vendían. Aún así nos saludaban sumamente sonrientes desde sus cómodos asientos y diciendo adiós con su mano.Nos sentimos satisfechas de todos los lugares que conocimos de Gyeong-Ju y estuvimos dos noches y dos días completos. Algunos lugares que se nos quedaron por fuera fueron la gruta Seokguram que es un pequeño recinto con una gran estatua de Buda, está a 3 km del Templo Bulguksa. También es recomendando el museo de Gyeong-Ju, tampoco lo visitamos por falta de tiempo, pero entrar a un museo en Corea es una experiencia de las que nadie se va a arrepentir, son usualmente interactivas e interesantes.
Espero que les haya gustado el artículo y que sea útil para informarse y planear ése maravilloso viaje que tienen entre manos. Hasta la próxima.